Templo Parroquial de San Juan Macías, 18:00

Sábado de Pasión y comienza la Semana Santa en Cáceres revelando su devoción al Cristo de la Victoria, de vinculación dominicana, que inspira su hábito de túnica blanca nacarada, ceñida al torso con correa de cuero negro; el rosario prende al lado izquierdo. Anudada al pecho, la medalla de la Cofradía es un óvalo dorado, que contiene la efigie del Santísimo Cristo de la Victoria rodeada con las cuentas del Rosario de la Santísima Virgen María y su anagrama a los pies del Cristo. El óvalo está enmarcado por las cuatro puntas flordelisadas de la cruz dominicana en blanco y negro; por detrás reza el título completo de la Cofradía. La capa y capilla negras, los guantes también negros y el cirio, siempre presente, destacan en el atardecer cofrade mientras los hermanos procesionan la hermosa talla de madera cuidadosamente policromada, realizada por los escultores de los talleres Artemartínez (Horche, Guadalajara). La Sagrada Imagen del Santísimo Cristo de la Victoria, apenas cubierta, subraya el marcado sufrimiento de Cristo en el Misterio Pascual. Transita venerado entre la feligresía por las barriadas cacereñas de la Mejostilla, Pinilla y San Blas hasta comparecer en la Plaza de Santa María. Le acompañan en su trayecto la cadencia de cornetas y tambores, que estremecen las centenarias piedras de la Ciudad Monumental de Cáceres a la llegada de la Cofradía Dominicana del Santísimo Cristo de la Victoria, Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos y San Juan Macías.

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Parroquia Beato Marcelo Spínola, 20:00

En Víspera de Domingo de Ramos, la Santísima Imagen de Nuestro Padre Jesús de la Humildad en su Prendimiento recorre, extramuros, por el oeste de la Ciudad de Cáceres los barrios de Cabezarrubia y el Vivero. Respetado y arropado por los numerosos fieles que acompañan al paso, le preceden los hermanos cofrades que cargan a costal la serenísima talla de D. Antonio Jesús Dubé Herdugo, insigne escultor e imaginero del barrio de Triana. Está realizada en madera de cedro real, totalmente anatomizada y policromada al uso y costumbre de la imaginería barroca sevillana del siglo XVIII. Su altura de más cuatro codos, su posición ligeramente inclinada hacia adelante y los brazos abiertos esperando ser prendido, le otorgan una vivacidad y sustantividad amparada en la dulce mirada de sus ojos de color aceituna; el olivo tras él confiere el porte de identidad de nuestra tierra. Auxilian al Señor costaleros de túnica beis muy clara con botonadura de terciopelo verde, ceñida a la cintura con cordón aceituna y oro, con capirote y antifaz verde, que ha de caer por debajo de los hombros, y capa del mismo castaño claro. Identifican en el hábito a la Venerable Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Humildad en su Prendimiento y María Santísima del Dulce Nombre y Esperanza el escudo en su brazo izquierdo y el emblema sobre el pecho.

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