Procesiones del Sábado de Gloria

Procesión Magna. Avenida de España, 16:30

Cada cinco años, siendo esta vez la primera desde la declaración de Fiesta de Interés Turístico Internacional, la Semana Santa de Cáceres presenta su Procesión Magna, y en este 2015, con la importante novedad del cambio de día. La Unión de Cofradías Penitenciales de Cáceres decidió en asamblea, a pesar de cierta disconformidad, procesionar el Sábado Santo en lugar del Viernes, como ha sido habitual. El Cortejo, con todo su patrimonio histórico y artístico, con catorce pasos, a saber, el Santísimo Cristo de la Victoria, Sagrada Cena, Beso de Judas, Nuestro Padre Jesús de la Humildad en su Prendimiento, Señor de la Columna, Nuestro Padre Jesús de la Salud en su Injusta Sentencia, Santísimo Cristo del Amparo, Jesús Condenado, Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima de la Esperanza, Santísimo Cristo del Amor, Santísimo Cristo del Calvario, Cristo yacente del Peral (primera ocasión que procesiona esta imagen) y Nuestra Madre y Señora de Gracia y Esperanza. Las tallas serán asistidas por los hermanos de carga y escolta de cada hermandad, ataviados con sus hábitos reglamentarios, durante el recorrido por las neurálgicas arterias cacereñas de, prácticamente un kilómetro, que contemplarán miles de fieles en tan majestuosa celebración. La música estará muy presente, siendo las bandas elementos esenciales de la devoción vivida en la Semana de Pasión. Al finalizar, cada cofradía se retirará a su templo, ya sin acompañamiento musical.

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Procesión del Buen Fin. Iglesia de Santa María, 20:00

Al anochecer del Sábado Santo, la Excelentísima e Ilustre Cofradía-Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de las Batallas y María Santísima de los Dolores procesiona a Nuestra Señora del Buen Fin y Nazaret, talla elaborada a partir de la antiquísima mascarilla de la Virgen de los Dolores por el maestro Francisco Berlanga, 1990. Efigie del dolor, simboliza la inefable soledad de la Madre al pie de la Cruz. Vestida de hebrea, ante la cruz vacía con sudario en el Monte Calvario, realizado con claveles rojos, sostiene en su mano la corona de espinas mientras en su rostro se dibuja la desolación y, sin embargo, la esperanza del Buen Fin. Es asistida por hermanos de escolta, ataviados con túnica roja ceñida con cíngulo gualdo de lana, capa y capuchón blancos, y al pecho, la distintiva medalla de la Cofradía. Los hermanos de carga, sin capa ni capirote, visten en su lugar verduguillo blanco. La ciudad de Cáceres se entrega en este cortejo penitencial, colmando las piedras, plazas y adarves de la Parte Antigua; la travesía de la Virgen es contemplada con devoción por los fieles que a la cadencia de cornetas y tambores viven y acompañan la soledad del Misterio.

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