Procesión del Perdón. San Juan, 20:30

Procesión de rigurosa penitencia que en Martes Santo erige la Real y Fervorosa Hermandad de Nazarenos y Cofradía de los Ramos, Cristo de la Buena Muerte, Virgen de la Esperanza y San Juan Bautista con Nuestro Padre Jesús del Perdón al ocaso del día. La talla, de autoría anónima, perteneciente al barroco salmantino anterior a los Churriguera, datada a finales del siglo XVII, es un Nazareno, de candelero, que procesiona como Ecce Homo. Viste túnica de terciopelo morado sin bordar, aparece erguido, con el semblante sereno del Perdón, mirando ligeramente hacia su izquierda, con las manos maniatadas delante, y en su cabeza, el fulgor de los tres rayos de luz de las potencias que dignifican al Señor. Escoltan los cofrades en recio silencio, únicamente roto por la conmovedora resonancia de las matracas al golpear insistentes las piedras de la Ciudad Antigua de Cáceres. Ataviados con hábito marfil, ceñido por cíngulo gualdo, capa y capirote morados, auxilian en su devota caridad al Nazareno en su paso penitencial. Los numerosos fieles congregados en la travesía se apostan en adarves, rincones y plazas alabando la Pasión Cuaresmal y la entereza de Cristo.

Pincha aquí para ver el itinerario

""

 

Cristo del Amparo. Ermita del Amparo, 23:00

Al límite de la medianoche del Martes Santo, la Cofradía Penitencial del Santísimo Cristo del Amparo celebra la multitudinaria salida desde la pequeña Ermita del Amparo, en el camino del Santuario de Nuestra Señora de la Montaña, donde los hermanos realizan la promesa de silencio, que entra en vigor a los Tres toques de Campana por el Vicemayordomo. La solemnidad del Cortejo Penitencial armoniza con la atmósfera de severidad que necesita la estación en su travesía hasta el corazón de la Parte Antigua de Cáceres. El silencio solamente es roto por la proclamación y meditación de Las Siete Palabras de Cristo en la Cruz. La imagen del Santo Nazareno del Amparo, fechada en 1671, traída por Diego Durán de Figueroa, esboza la crudeza de la Cuaresma en su rostro y el esforzado sentir del penitente. Detrás del paso del Santo Cristo, un hermano lleva el Libro de las Siete Palabras y detrás de éste, la Cruz denominada en la cofradía de Las Siete Palabras, a la cual acompaña el relevo de los hermanos de carga; sin más acompañamiento musical que el del timbal destemplado. Los cofrades, de rigurosa túnica y capirote negros, cíngulo de esparto sobre la cintura y capa púrpura, con el emblema de la cofradía prendido sobre el hombro izquierdo, escoltan al Cortejo hasta el interior del Templo de San Mateo, al cual solamente pueden pasar los hermanos.

Pincha aquí para ver el itinerario

""

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *